Vienen tiempos difíciles

01 dic 2022 / 17:45 H.
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Me da alegría que el PSOE y las izquierdas en general estén recuperando puntos de cara a este año que entra, por las elecciones sobre todo, pero también por su simbología y lo que significa. Las rancias derechas se están encontrando un auténtico muro que repele el machismo y que aboga por los derechos y la defensa de las mujeres. Eso ya es innegociable en esta sociedad y nos conviene que el PP y Vox sigan así, porque están tirando piedras en su propio tejado. No voy a negar que, aunque a veces es complicado entender al pueblo en sus intenciones y giros de voto, otras veces acierta. O los movimientos de las masas, tan cambiantes y volubles. Pero las cuestiones que se ponen en juego en estos tiempos pospandémicos son muy graves, demasiadas para enumerar aquí en esta columna. Se trata de defender lo que tenemos, atesorado durante la democracia; de luchar por un modelo que redistribuya de un modo u otro la riqueza, que imponga tasas para los que más tienen, incluidas las entidades bancarias, que tanto se han aprovechado de los trabajadores en la últimas décadas; un programa que tapone las injusticias e iniquidades o al menos lo intente, que no sea connivente con los abusos, que ponga en marcha políticas que busquen la igualdad y, aunque sea casi una odisea, que no baje la guardia, sin perder esa esperanza de que otro mundo es posible. Porque lo es todavía. ¿Y qué es lo que tenemos? ¿Qué significa vivir en un país que posee una educación pública como la que tenemos, un sistema de pensiones estable como el que disfrutan nuestros mayores, y una sanidad que, a pesar de los mil recortes, sigue funcionando bien y nos ampara? Solo eso debería bastar como alegato para continuar con las políticas sociales, tan importantes no ya en España, sino en cualquier sociedad. Pienso muchas veces que no nos damos cuenta del mundo que estamos dejando atrás, y qué es lo que se nos niega desde el neoliberalismo. ¿De verdad la gente es consciente de lo que nos espera con este capitalismo financiero a ultranza? ¿En este consumismo atroz? ¿La desregulación de los mercados y la ley del más fuerte sin que nadie puede pararle los pies? ¿La desprotección social? Los más descreídos afirmarán que el mundo ha sido así desde siempre, desde que Caín mató a Abel, etcétera. Pero no es cierto. También ha habido iniciativas y fuerzas sociales, colectivas e individuales, poderosas e importantes, históricas y decisivas para las mujeres y los varones. La historia no ha sido siempre igual y ha habido grandes cambios en la manera de pensar, de ser y de sentir. Quiero decir que también ha habido humanidad a pesar de todo, que la humanidad es tan inherente al ser humano como la maldad... En esta época de tanta puñalada trapera en que la decepción se abre paso, sin embargo, hay que mantener el tipo y no perder la esperanza. Eso significa no perder la conciencia crítica y saber lo que nos jugamos. Frente a la demagogia de la derecha populista, frente a las mentiras de la ultraderecha, frente a la desarticulación y destrucción del estado del Bienestar, no podemos bajar la guardia. Vienen tiempos difíciles y hay que afrontarlos con valentía. No podemos dejar que nos sigan avasallando y que se rían de nosotros los de siempre. Los poderosos y sus perros de presa, sus aduladores y clientes. Que no nos vendan añagazas. Son más de lo mismo y lo sabemos.



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