Verdades que no se cuestionan
O me estoy haciendo mayor o yo no me entero. No voy a dar mi opinión respecto al famoso “pico” de Rubiales, pero sí que voy a decir que me sorprende el linchamiento al que se somete a todo aquel o aquella que no comparte al 100% lo que unos consideran la única e indiscutible verdad del caso. Nos tragamos todo sin cuestionarnos muchas cosas. Repito; no voy a entrar en el polémico hecho que desencadenó todo. Otro ejemplo. Recientemente, tras el fallecimiento de María Jiménez, los medios la ensalzaron justamente por su lucha contra el maltrato hacia la mujer que ella misma sufrió. Pero entre tanto halago, nos vendieron que su canción “Se acabó” era un alegato feminista contra el maltrato machista. Pues yo he leído y releído la letra del tema, y sólo veo una canción de despecho de un mujer hacia un hombre, como cientos de canciones hay, tanto de despecho de ella hacia a él, como de él hacia ella. Pero nada más. Lo que pasa es que queda muy bien decir ciertas cosas, sean o no verdad, y si uno no comparte esa opinión, ya lo pueden tildar de machista, retrógrado y no sé qué más. Es de la poco bueno que tiene hacerse mayor; que me empieza a dar igual lo que opinen los demás de mí.