Valores humanos por bandera
Hace unos días se procedió a la entrega de los premios Banderas de Andalucía, concedidos por la Junta de Andalucía, a propuesta de su Delegado del Gobierno en Jaén, a diez personas y colectivos que hacen gala del nombre de Jaén allá donde se encuentran. Enhorabuena a todos los premiados por este merecido reconocimiento. De entre todos, me permito hoy destacar un nombre, el de Rafael López-Sidro Jiménez, premio bandera de Valores Humanos, que ha presidido Cáritas Diocesana durante casi doce años hasta 2021. Rafael es un hombre querido y respetado, así se lo ha ganado por su buen hacer, su bondad y su amor al ser humano. La vida ha querido que los caminos de nuestras familias se crucen en momentos difíciles en los que la Fe en Dios ha sido fundamental para seguir adelante, para seguir apostando por el ser humano con esperanza y desde la gratitud. Siento una profunda alegría por este premio que valora una dedicación constante a los más desfavorecidos, en un mundo en el que, como él dice, “se están perdiendo dos valores humanos de enorme importancia: el respeto a la dignidad del ser humano y el bien común”. Se necesitan personas para paliar tanta injusticia y desigualdad; se necesitan personas que, al igual que él, lleven grabado a fuego en el alma esa vocación de ayuda fuerte. Se considera una persona humilde y no merecedor de ningún reconocimiento, yo lo considero una persona fuerte, valiente y constante en el trabajo para erradicar la pobreza, que no se cronifique, y esto hay que reconocerlo, valorarlo y difundirlo, porque estamos hartos de tantas malas noticias que necesitamos de estos bendecidos reconocimientos para construir un mundo mejor. Así lo hizo no solo en Cáritas, también en la Fundación Don Bosco y Fundación Proyecto Hombre, sin dejar de mencionar su dedicación en la Fundación Educativa José Gras; y seguro que en otras tantas realidades más de las que, por su humildad, no tenemos conocimiento. Él nos invita a que seamos felices, invitación que recojo con una premisa: que sea feliz si procuro la felicidad de los demás, como él así lo hace, con esmero y cuidado.