Un sueño en el jardín de agua

    08 may 2025 / 09:31 H.
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    La tarde suspiraba en el jardín pintada de un gris rosáceo, se paseaba mojando sus manos con un susurro suave, nítido y agradable.

    El eco de su sonido embriagaba el jardín. El tiempo parecía haberse detenido como en un espejo, en el que se reflejara todo un mundo verde de pobladas ramas. Las ondas borraban, de vez en cuando, las siluetas que danzaban tiritando y desdibujando sus formas.

    Había crecido mucho la vegetación y un compás de morados, verdes y amarillos surgían sobre el agua, emergiendo y creciendo buscando la altura, embellecían aquel lugar del parque, donde de forma caprichosa la naturaleza nos envolvía de colores.

    En el verde del agua flotando sobre la piel del pequeño estanque, una alfombra de planas y redondeadas hojas albergaba sus flores, que surgían rosadas y blancas ornando parte de la superficie. Sus pétalos se abrían mostrando su belleza como si quisieran ocupar todo el espacio sobre la horizontalidad, que inquieta temblaba como si una tímida mano agitara el líquido verde, que se dejaba acariciar cuando las suaves gotas saltaban sobre ella. Era un encuentro de aguas, las transparentes lágrimas que caían desde las nubes y las que estancadas vivían en un sueño de murmullos, donde la flora había tocado con su mágico tono el despertar de formas y colores, y el tiempo había ido cobijando lentamente transformando el lugar. Y la fauna había ocupado el pequeño rincón con todo tipo de especies relacionadas con el agua dulce. Y fueron habitando y desarrollando el agradable mundo de suaves sensaciones. Cuántas veces detuve mis pasos para dejarme envolver en los sonidos, las ondas y el encanto que aquel lugar produce cuando se detiene a contemplarlo.

    Mayo pintaba con sus luces y sombras los primeros días, que, entre la melodía de su música mojada, se intercalaban los rayos del sol y dejaba que el arte natural surgiera sin apenas esfuerzo.

    Mayo es conocedor del sueño que guarda la primavera cuando sus pies pasean y recorren jardines, campos, laderas y montes, y deja a su paso alegres coloridos y diferentes verdes, rosas, rojos, amarillos... Y destapa el tarro de perfumes para envolver el ambiente con los más suaves y delicados aromas.

    Yo también descubrí un sueño... el sueño en el jardín del agua.

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