Un punto
de inflexión

    18 mar 2020 / 16:31 H.
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    En este mundo sin fronteras, el brote de coronavirus desatado en China se ha extendido en menos de un mes a los cinco continentes, generando una pandemia global que pone en jaque al mundo civilizado, gobiernos y sociedades y trastorna la economía global. El fenómeno pone en evidencia la fragilidad de la naturaleza humana y de las estructuras sociales y genera sensación de indefensión; cursa sin excesiva mortalidad, inusitada capacidad de reproducción y propagación, desafía la salud, estresa los sistemas sanitarios y pone en serio riesgo a ancianos, enfermos y personas con patologías preexistentes. Superarlo es tarea de todos, no es hora de lamentos ni críticas; se impone a los gobiernos decisión, a los sanitarios eficacia y a los ciudadanos responsabilidad ética: rigor en cumplir lo instruido, no propalar bulos, no asumir riesgos innecesarios y autoprotegerse en bien de los demás. Ojalá aprendiéramos la lección y Covid 19 fuera el punto de partida para un cambio de valores solidarios, costumbres saludables y modos de pensar abiertos, del mismo modo que la peste bubónica que asoló Europa en el siglo XIV, para algunos, acabó con la Edad Media y propició la eclosión del Renacimiento.

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