Un nuevo orden
Dicen que desde la década de los noventa se ha ido implantando un nuevo orden. Que la globalización de los mercados ha creado dependencias de productos en latitudes que esperan lleguen de confines opuestos. Que las tecnologías marcan la cotidianeidad para que ya no sepamos vivir sin ellas. Que el país que mandaba en el mundo ahora comparte pódium con dos, tres, y más países repartidos en diferentes latitudes dependiendo de su fuerza armamentística. Y dicen mucho más, para quienes quieran investigar, y resulta que todo es por un nuevo orden. Como en el cuento de Pedro y el Lobo, que ya sabemos que por más sal y pimienta que le queramos echar, resulta que el lobo llegó. Pero, en la oscuridad de este nuevo orden he advertido una luz. Me refiero a las redes sociales. Sí, a las redes sociales que bien utilizadas son un faro de luz en la inmensidad de la globalización, pues con su inmediatez son transmisoras de lo que sucede en cualquier lugar del planeta. Stop bulos. Soy consciente de que el mundo ha cambiado. Yo viví una niñez que ahora no existe. Ya me lo auguraban mis abuelos cuando me decían que tenían la electricidad a 125 vatios. Todo es cíclico. Todo cambia, y este nuevo orden lo será.
