Un desvarío
Voy a decir un desvarío. Lo que ocurre en la escena internacional es una obra de teatro. Voy a decir otro desvarío que ya no lo es tanto. Aunque no es el verdadero fondo del asunto, es una realidad que Rusia se considera la tercera Roma, heredera directa del Imperio Romano, porque el Gran Duque de Moscú, allá por el siglo XV, casó con Sofía Paleólogo, sobrina del último emperador; y considerándose así, también se ve como la conservadora de los valores morales, mirando a occidente como una sociedad carente de esos valores y susceptible de ser corregida por ello. Y en este escenario aparece Trump, que viene a ver las cosas del mismo modo, atacando desde el minuto uno las desviaciones morales de occidente, al punto de aliarse con Rusia al compartir la misma idea de regeneración. Pero ésta es solo la apariencia. Y voy a decir un desvarío mayor si cabe. Estados Unidos está ya abandonando a Europa, militar y comercialmente. Al ocurrir así, debilita el continente y auspicia que Rusia se crezca en su deber de corregir la degradación de Europa, facilitando eso que ya se está diciendo (y sigo con mi desvarío), que Rusia pueda pretender invadir el continente entero, con China. Un nuevo orden.