Un buen lugar en Jaén

    19 may 2016 / 18:00 H.

    Mi buen amigo don Picoco, comendador de la Orden de la Cuchara de Palo, al que muchos de mis lectores conocen por sus andanzas culinarias por esas tierras del Alto Guadalquivir que tanto tienen que ofrecer a todo aquel que se aventure a transitar por ellas, me ha hecho partícipe de su penúltimo descubrimiento gastronómico en Jaén capital. Tanto es lo mucho y bueno que tuvo a bien relatarme sobre este inolvidable ágape, que yo modesto amanuense de tan insigne maestro de los fogones, he decidido intentar compartir con ustedes las sensaciones que me transmitió con esa espontaneidad y buen amor a la cocina y las tradiciones culinarias que le caracteriza. Dice don Picoco que con ocasión de su penúltimo achaque hubo de pasar revista en un afamado centro médico de Jaén de cuyo nombre no quiere acordarse, y para celebrar que sigue algo más que en buena forma, antes de abandonar la ciudad, decidió reponer fuerzas en el ya mencionado local que el definió como templo de la cocina popular después de degustar alguno de los manjares que ofrecía. Para no dar andar con más circunloquios de los precisos, les diré que fue agasajado con un menú que comenzó con una tapita de ensaladilla rusa con ligero aroma a perdiz, bocado de sutileza inenarrable que acompañó con un vino de Frailes. Comenzó luego con unos principescos espárragos de Bedmar en tempura y un plato de cardos de Baeza rebozados y luego regados con una muy bien trabada salsa de escabeche de perdiz que le hicieron casi perder el sentido. Pasó luego a dar buena cuenta de un costillar de cordero segureño algo más que notable. El camarero, hombre atento y conocedor de su oficio le indicó que todos los productos eran de la provincia, hecho que satisfizo por demás a nuestro buen amigo Picoco. A los postres fue servido con un soufflé de chocolate acompañado de helado de mandarina y un excelente café, con lo que mi buen amigo y maestro decidió poner fin al ágape. No he de publicar el nombre del restaurante por aquello de no hacer publicidad, pero si tienen interés no dejen de preguntarme, estaré encantado de informarles. Paisanos, disfruten de lo bueno de nuestra tierra.