Tras del coronavirus

    29 mar 2020 / 14:12 H.
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    Si de algo ha servido la pandemia del coronavirus ha sido para valorar cosas que antes no valorábamos y que teníamos a nuestro alcance: pasear, tomar una cerveza en una terraza, besar, abrazar, hacer lo que nos apetece en cada minuto de nuestras vidas, etc. Y también para valorar a las personas y los trabajos que realizan a diario otorgándoles su importancia. Por supuesto, a los médicos, enfermeros, auxiliares y demás trabajadores de centros sanitarios, pero también hemos aprendido a valorar el trabajo de los reponedores de tiendas, cajeros, maestros, personal de limpieza u otras profesiones que, de repente, hemos descubierto que son importantes, vitales para el buen funcionamiento de la vida diaria. Quizás, cuando esto acabe, cuando seamos de nuevo “libres”, cuando no tengamos miedo al beso ni al abrazo, habremos sacado algunas conclusiones que ojalá el tiempo no las haga caer en el olvido con la desmemoria que acompaña al ser humano. Como espero que tampoco caigan en el olvido los errores que los políticos de turno han cometido en esta crisis y que están haciendo que este camino sea aún más difícil y duro de recorrer.

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