Trampantojo
La Real Academia lo define como “trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es”; es una práctica habitual de los ilusionistas y magos que lo hacen para divertir a la gente. Por desgracia, ha pasado a las formas de hacer política, como medio de inducir a error que se generaliza con abuso en las campañas electorales. Recientemente, un candidato ha presentado a bombo y platillo y con todos los honores “su gobierno”, equilibrado con personajes prestigiosos de cuando su partido estaba en candelero; pretende vender lo que no tiene. No nos engañemos, es un trampantojo, hace ver lo que no es, porque salvo que las encuestas, que no aciertan pero se aproximan, den un vuelco, si Sánchez quiere gobernar será con los votos de Podemos y toda su izquierda; o en todo caso, con ayuda de otros; por tanto, no será ese su gobierno, que ha sido puesto como señuelo. Otros ni se toman la molestia de utilizar estos recursos y confían en la inercia de unos supuestos votos propios.