Todos somos Valencia

El pasado puente de todos los santos hemos visto padecer a Valencia. Más fuerte o más débiles todos hemos sentido la punzada en el pecho por la maldita DANA que se instaló en el levante español. El dolor une, y sacamos conclusiones honrosas al notar la caridad del pueblo llano y su ayuda. El sufrimiento ajeno fue su motor. Ante la desgracia crecemos impotentes. Somos españoles y nobleza obliga. Las gentes puestas en marcha carretera adelante como avalancha humana dispuestos a lo que se encuentren. Se da lo que se tiene, lo que cada cual ofrece o tiene entre manos. En esos momentos los que acudían solo tenían palas, escobones y mucha fuerza de voluntad. Hay gente increíble. No todo se mueve por dinero. Gente llana con nobleza que acude a la desgracia ajena por verdadera caridad. La sensibilidad del pueblo fue su bandera. No todo lo puede el dinero, y es bonito sentir su calor. Por otra parte, España entera echó en falta ausencias importantes. Corrió como la pólvora el mal engranaje y su confusión. El pueblo llano sí ha respondido. Son fuertes las pérdidas, se tardará en revivir aquellas tierras tan ricas y hacendosas. Tardarán en reponerse de tanta desgracia. Hoy todos somos Valencia.