Ternura en tiempos de infamia

    18 mar 2022 / 16:30 H.
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    En las guerras pierde la paz, la verdad, la mayoría de los valores humanos. Están los agresores y los agredidos y estos últimos siempre llevan la peor parte. De vez en cuando se atisban rasgos de humanidad, de ternura. En la guerra de Rusia contra Ucrania se dan rasgos de ternura. Un agente ucraniano corre sosteniendo a un niño mientras la artillería resuena cerca. La policía ayuda a una anciana la estación de tren en Zahony. Serhii, padre del adolescente Iliya, llora sobre el cuerpo sin vida de su hijo. Una mujer abraza a su niña recién nacida en el sótano de un hospital de maternidad. También entre nosotros los hubo en su momento. En 1943, Cipriano Salvador, un pintor y escritor republicano condenado injustamente por la desaparición de un cuadro (de El Prado), quiere hacer un regalo a su hijo de 5 años, al que conoce solo por carta. Convence a otros intelectuales republicanos del penal del Dueso para publicar un libro infantil como regalo de Reyes a su hijo. El premio, así se llama el cuento que el niño aún conserva junto a las postales de su padre, ve
    la luz para explicar la historia de estos hombres y hacer justicia. Momentos de ternura siempre los hay, aún en los peores momentos.

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