Tenemos un problema

    07 feb 2020 / 08:41 H.
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    Como sociedad, tenemos un problema y de los grandes. El sector de la tercera edad. Nuestra sociedad ha desarrollado mecanismos para atender a la infancia, a la juventud y a la madurez, pero nada para los muy maduros y los ancianos. Es una bolsa de posibilidades frustradas, limitadas por razones burocráticas y por la edad, pero no siempre por las capacidades mentales ni por los conocimientos. Un dispendio que la sociedad no debería desaprovechar. No pido que el jubilado siga labrando la tierra, vareando aceitunas o vendimiando fresas; el cuerpo tiene su aguante. Pero la experiencia puede servir para organizar, prever, aconsejar soluciones a los problemas del campo, de la tierra, de resolver la situación insostenible de tanto intermediario entre el agricultor y el consumidor que empobrece a los primeros y encarece a los segundos. Sé que no es un problema que se pueda solucionar en unas pocas líneas; me conformo con que éstas sirvan de recordatorio del problema que tenemos y que es preciso resolver. Y eso que no he hablado de la temida soledad. Otra de las cuestiones candentes y urgentes, más aguda en las grandes ciudades que en las zonas rurales. Tenemos faena por delante.

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