Te he visto

Inventando el odio en los albores del tiempo y esquivando amores allí donde nace el miedo. Con mi ángel caído, el rencor en tu espalda, y a mis tristezas blancas amarrada. Te he visto. Enorme el placer de poderte conocer de una puta vez. Pero a mis ojos rojos no le quitarás el color, ni el dolor, ni el amor, ni a mis lágrimas el sabor de tu llegada dulce, pausada, lenta, temida y mil veces deseada, ni a la psicosis, cristalina y azul, que esconde mi terrible compromiso le robarás esta locura. Ya estoy con ella y no contigo. Es lo que buscabas cuando me llenabas de tiempos vacíos, sueños inútiles, nubes caídas, aguas rotas y besos de hielo. Te he visto. En el final de mis manos acariciando mis cobardes huidas. Pero te dejo en blanco y negro. Sin tus antiguos colores. Sin tu luz y sin tus brillos. Enmarcada en mis tiempos, en las flores secas con espinas podridas que solo acarician tus recuerdos, que ya no sirven ni para ser olvidados. Te he visto. Viniendo hacia mí en mi delirio onanista, ya vacío. Ya sin razones para amar. Ya sin razones para odiar. Sola. Esperándome en los sótanos del infierno. Donde viven mis demonios más profundos como si fueran los tuyos. Yo creí que por encima de ti solo estaba el cielo y que las nubes negras eran culpa de mis desquicios. Te he visto. Cual guadaña de ojos negros buscando mi cuello.