Tareas en el mes enero

    05 ene 2016 / 09:16 H.

    Comienza un nuevo año, y he echado marcha atrás en el tiempo para acercarnos a las tareas que ya desde 1513 describía Gabriel Alonso de Herrera, agrónomo talaverano en su “Libro de Agricultura”, para mejorar toda la agricultura de la Europa de los siglos XVI y XVII, y especialmente, la española. El Cardenal Cisneros, consciente del abandono de la agricultura durante los sucesivos periodos de guerra, encargó a Alonso de Herrera un tratado para poner coto al desastre agrario español. La obra de Herrera marca el primer paso hacia la modernización del campo en España y en su tratado encontramos reflejadas todas las actividades del campo y destacable es el acierto de estar escrita con un léxico extraído del campesinado, ya que sus lectores serían labradores y por tanto tenía que hacerse entender. De esto tenemos que aprender ya no sólo el uso de un lenguaje directo y accesible al agricultor, sino la importancia de llegar a todo el sector con una buena transferencia de información en los avances en investigación. Según Herrera, además de tener en cuenta la influencia de la luna en los cultivos y diferenciar las tierras calientes de las frías, en este mes de enero, aconseja las siguientes tareas; “poner los árboles que brotan temprano, como los almendros, albérchigos, nueces, ciruelos, algarrobos, poner bien los barbados y estacas de olivas, de sauces, álamos blancos y avellanos, asimismo en este mes se trasponen y ponen hortalizas muy bien, echar gallinas, mayormente en el principio de la creciente, plantar rosales. Agora se siembran los alcaceres tardíos, ajos y cebollas, estercolar los árboles, vides y huertas con estiércol muy podrido, y echar la urina á las escavas de los árboles y vides; hacer barbechos, porque se mata la yerba: en este tiempo rozar zarzales y toda cosa que es para destruir, ó yerbas, ó matas. Suelen plantarse los ajos tardíos, los puerros e iniciar la siembra del perejil, lechuga y puédese plantar también la patata”. Acercarnos a la obra de Herrera, nos permite comprobar la importancia de la observación del medio, del aprovechamiento de los recursos, y en definitiva a un desarrollo racional del campo.