Talento encomiable

    10 may 2019 / 16:31 H.

    Es colombiano, un colombiano anónimo, y lo tenemos en nuestra ciudad. Daniel Ricardo ha dejado a su hijo en Bogotá, veinte horas de viaje y un caro pasaje les separan; ha cambiado su casa de tres habitaciones y los pequeños lujos de una vida de clase media-alta en una ciudad de ocho millones de habitantes por un modesto apartamento compartido con otros dos colegas compatriotas. Seis meses aquí, por tercera vez en tres años. Cientos de horas delante de su ordenador, miles de líneas de código buscando una aportación a la prevención precoz de los tumores cerebrales. De pequeño aprendió a programar, luego se licenció en Física, ahora investiga Matemáticas aplicadas a la Biología entre nosotros. Su gran talento no es del que encaja en un “talent show”, no hay marcas que le patrocinen, no le paran en nuestras calles como harían con Shakira, Juanes, Maluma o James; sin embargo, probablemente nuestros nietos podrán esquivar una todavía cruel enfermedad gracias a las aportaciones científicas de este anónimo investigador. Mientras, él sigue delante de su ordenador, como tantos otros, con un café no tan bueno como el de su tierra. Es colombiano, un colombiano anónimo, y lo tenemos en nuestra ciudad.