Racismo endémico

    31 jul 2022 / 16:24 H.
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    En el pequeño y encantador pueblo de Peal de Becerro un grupo de incontrolados ha vuelto a ir a por los gitanos de manera injustificada e indiscriminada, basándose en el hecho de que otro ha apuñalado a un joven. Estos pogromos que se dan en algunos municipios son más preocupantes de lo que parece, pues muestran la enorme persecución, marginalidad y distancia con la que vive el pueblo caló. También, lo fácil que gente que a priori convive y se considera “buena gente” de golpe se convierte en parte de una turba que sin razón y siguiendo la idea de que la masa es idiota hacen cosas que no pueden disculparse. A la vez, los medios de comunicación, en su ecuanimidad permanente, terminan por justificar la acción sin razón de vecinos y autoridades; y donde tampoco los poderes municipales están a la altura. Explicar todo esto no es sólo una cuestión de culpas políticas o falta de educación e instrucción ciudadana, sino de actitud y voluntad, donde tenemos que partir de otro punto, el pueblo caló no puede ser ni un minuto más parte de una persecución construida por la intolerancia y el racismo endémico que no está superado. La democracia no es sólo el gobierno de la mayoría, sino ante todo la defensa a ultranza de las minorías y la diversidad que representan.

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