Somos... nada

    19 oct 2021 / 16:43 H.
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    De jóvenes, nos creemos inviolables, invencibles. Somos —pensamos— el ombligo del mundo, el no va más. Podemos con todo, incluso cuando las fuerzas de la naturaleza se empeñan en contradecirnos. Creemos. La última pandemia y ahora el acoso terrorífico del volcán a los vecinos de la Palma, se encargan de desmentirlo . Buscamos culpables —el cambio climático, los antecedentes volcánicos de la isla— y a los más religiosos les vale pensar que, si Dios lo ha querido por algo será. A lo largo de la historia, las pandemias, las catástrofes naturales, se han cebado con nosotros: la peste bajo el imperio bizantino, la devastadora, llamada, gripe española, las viruelas, peste, cóleras; en esta era, los terremotos de Méjico , Haití, Lorca... catástrofes locales, unas, pandemias, otras, que han afectado a toda la Humanidad. La solidaridad y la empatía con los afectados son los únicos bálsamos que alivian el dolor. Hay que aceptar y ayudar. La naturaleza no perdona, lo es para todos ¿nos vale tener dinero, acumular riquezas materiales? Ante la crueldad de un planeta que nos enseña sus garras, estamos todos inermes. Somos... nada y deberíamos ser educados en esa creencia. Solo nos salva la empatía en momentos difíciles. Ni el dinero ni el poder individual valen. Excepto si los utilizamos para ayudar.

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