Solipsismo

    08 jun 2025 / 09:36 H.
    Ver comentarios

    Nos citamos cada mañana frente al espejo. Él, del otro lado, yo, de este. Hasta hace poco, nos reconocíamos. Ya no. Dicen que ha perdido la razón por beber agua de lluvia. Tal vez sea cierto, no lo sé. Durante años hemos coincidido en cornisas y acantilados, asomándonos a abismos y precipicios, impelidos ambos por una feroz pulsión suicida que comenzó a frecuentarnos al descubrirnos, cada uno a su manera, solos en el mundo. Visitamos callejones sin salida ahítos de risas nerviosas y llantos con pesadas lágrimas de colores opacos. Nos mecimos en columpios tan altos y tan veloces que, para bajarnos, no nos quedó más remedio que saltar, estrellándonos contra irrealidades tan obstinadas como insoslayables. Recorrimos el filo de la navaja, ora manteniendo el equilibrio, ora cortándonos profundamente. En la consulta, rodeados de batas blancas, yo vi manchas negras en las manchas negras. Él, todas las veces, vio el retrato del jefe sioux Toro Sentado. Yo me agarré a las manos que, generosamente, se me ofrecían. Él no pudo agarrarse y, de repente, fue aplastado por todas las noches insomnes, por todo lo sufrido. Hoy no se ha presentado. Al rato me han llamado para decirme que apareció anoche en un parque, boca arriba, ahogado por el agua de lluvia.

    Articulistas
    set (0 = 0)