Sobre la vida y
la muerte

    07 sep 2019 / 11:27 H.

    Es un binomio inevitable, pero cada vez me jode más, me ponga como me ponga. Mientras celebramos el 79 cumpleaños de Josephine Frisell, rodeados de amigos, familia sanguínea y la otra, que no lo es menos, no consigo quitarme la mosca detrás de la oreja. En la finca el Peñón, en los Toscanos, entre Torredelmar y Almayate, nos estamos pegando un homenaje en condiciones. Este año me ha pillado a trasmano por la muerte reciente de una persona admirada y querida que, sin compartir ideas políticas “ni puta falta que hacía”, siempre estuvo en su sitio en lo que a mi respecta. Su sentido del humor era la manera que tenía de demostrar su respeto y tolerancia con los demás. Y ahí era donde entregábamos la cuchara, con risas y socarronería, con miradas cómplices y buen rollo. La última vez que lo vi fue en una taberna común en compañía de Javier Salazar. Alternamos y, de alguna manera, nos despedimos. Así que, en esta fiesta agridulce de la vida y de la muerte, voy a hacer honor a tu espíritu y me voy a dar una matraca como dios manda, querido Alfonso, donde quiera que estés.