Sobre “El hogar destruido”
El texto de Miguel Hernández titulado “El hogar destruido: pasó el fascismo”, motivo de comentario de textos en el club de lectura de Miguel Hernández, convierte la destrucción del hogar en una metáfora desgarradora del país fracturado por el fascismo, La casa no es solo un espacio físico, sino la encarnación de un proyecto de vida, una piel compartida que simboliza el esfuerzo y la ternura obrera. Cuando el poeta dice “pasó el fascismo”, no describe un hecho político: narra una violación emocional. La guerra arrasa los cimientos del amor y la cotidianidad. El hogar, reducido a escombros, es la patria mínima perdida. En la mirada de la compañera, Hernández encuentra la desolación colectiva: el fascismo no solo mata cuerpos, mata símbolos, recuerdos y afectos. Cada mueble roto es una biografía truncada. Así, la poesía se transforma en testimonio moral: donde el discurso oficial glorifica la victoria, el poeta rescata la humanidad destrozada. En su dolor, se alza la voz de todos los hogares de España. Y cita nuestro autor: “[...] Mi compañera lo ve todo como si lo hubieran destrozado contra su cabeza: siente arder, quemar, agonizar cada mueble roto en su alma.”
