Simpatía frente a pandemia

    26 ago 2020 / 17:59 H.
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    La simpatía presupone una actitud alegre y positiva ante la vida. Define el modo de ser de personas de buen trato con los demás, que “caen bien”, que nos resultan atractivas y agradables; revela actitudes dialogantes, que no rechazan ni discriminan, que muestran inclinación solidaria entre semejantes. Pero no siempre este concepto tuvo el mismo significado. En la Grecia de la Antigüedad, el vocablo simpatía significaba “sufrir o sentir juntos”, “tratar con emociones”; se entendía, no como una actividad alegre, sino como acompañamiento al otro en situaciones de dificultad o de sufrimiento. El latín mantuvo el significado griego de “simpatía” como “comunidad de sentimientos”, asociada a la infelicidad.

    Los filósofos estoicos crearon el concepto de “simpatía cósmica”. Creían que las personas estaban interconectadas al universo a través de la simpatía universal que sellaba la identidad entre individuos y cosmos. En el Estoicismo medio, Posidonio de Rodas, definió la simpatía cósmica como encuentro entre el intelecto y el universo; servía para unir a la humanidad consigo misma y con todas las cosas del universo. El Renacimiento remodeló este concepto. El más caracterizado representante del humanismo filosófico, Pico della Mirandola, estaba seguro de que cada hombre, dentro de sí, contenía el universo entero y lo recreaba en su vivir cotidiano. El amigo de Lorenzo de Medici, el Magnífico, sostenía que el hombre no tiene naturaleza y, por tanto, tiene que fabricársela y elegir el modo de vivir en simpatía con el mundo. Esta posición la actualizó Ortega y Gasset: la vida no está definida de antemano, sino que es un quehacerse, un proyecto abierto y por elaborar. La simpatía es necesaria para lograr una vida racional compatible con la razón vital.

    En nuestros días, la simpatía se entiende de forma intersubjetiva y social. Simpatía es sentirse cercano al otro, tanto al que sufre como al que es feliz. Exige sensibilidad, afinidad, inclinación mutua. En tiempos de pandemia la simpatía es imprescindible para fortalecer las relaciones interpersonales, hacer más grata la convivencia, apostar por la esperanza. La voz, como exponente material del lenguaje, tiene que mostrar la afectividad y la confluencia amistosa con nuestro entorno personal y social, en tiempo de dificultades.

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