Sexto encierro

    15 jul 2025 / 20:21 H.
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    Los morlacos despiertan de su letargo al escuchar el disparo de salida y cruzan los portones en dirección a la plaza para ser recogidos cada uno en su celda. Aldama, de pelo negro azabache, talante negociador pero implacable en sus cornadas, juega por todas las bandas, ya sean petróleos o carreteras. Leire, negro zaino, sibilino y engañoso con pitones más marcados aunque con menos peso, experto en fontanería de ganadería. Koldo, con experiencia en conducción del camión de traslado y vigilancia de portales y cajas de avales, el más peligroso de todos, pues tiene derrotes para todos los mozos y demás morlacos. Ábalos, de frentes amplias, arriba y abajo, con pinta de ser indultado por sus grandes dotes como semental, demostradas en múltiples ocasiones, admirado por el jefe de la manada, ha perdido su interés aunque le quedan muchas cornadas por dar. Santos, sin hacer honor a su nombre, viajó con el jefe y los anteriores con el sano ánimo de controlar la ganadería, es el único que tiene toril reservado en la finca de Soto del Real a pesar de que sabe que no estará solo en unos años. El Jefe, de pelo negro canoso y falso, con cara de camerino triste y arrebatos de furia descontrolada, con experiencia en lupanares y engaños de primarias, cuenta con el apoyo de toda la ganadería, resiliente, resistente e irresponsable. Enfilan la plaza para su encierro final. Descansa en Paz, primo.

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