Sesenta aniversario de la cooperativa San Juan de Villargordo

09 may 2017 / 11:05 H.

Mi reconocimiento a 23 valientes fundadores más uno. Estos son: José Delgado Fernández, Antonio Tirado García, José García Calles, Juan Tirado García, Francisco Lendínez Moral, Antonio Moral García, Jacinto Jiménez Vallecillos, Francisco Lendínez Jiménez, Juan Millán García, Felipe Delgado Martos, Vicente Navarro Cañas, Sebastián García Calles, Blas Castellano Jiménez, Hered. de Vicente Navarro Cañas, Tomás Castellano Alonso, Sebastián Moral Pérez, Domingo Márquez Martos, Francisco Lombardo Lombardo, Juan Manuel Lerma Tirado, Domingo García Martos, Francisco Ortiz Carrizo, Pedro Cerezuela Jiménez y Francisco Jiménez Vallecillos.

INTRODUCCIÓN. Al término de la Guerra Civil Española, ingresan en campos de prisioneros miles de personas que poco a poco fueron saliendo y, desgraciadamente, otros no. Uno de ellos salió en libertad en el año 1940, este vecino de Villargordo estuvo en Guadalajara, llamado Manuel Navarro Moral.

Manuel Navarro, al regresar a su localidad, donde nació en el seno de una familia humilde de agricultores, alterna el trabajo que había en esos años de agricultor y por las tardes-noches, a la luz de la vela y el candil, leía y escribía, ya que la lectura y escritura le apasionaban. Por este motivo, decidió hacer un curso por correspondencia postal llamado por entonces jefe de contabilidad y administración, el cual al año y medio terminó, aunque antes del inicio de la guerra, siendo casi un adolescente, ya estuvo coqueteando con otros cursos a distancia de lectura y escritura.

CONTRATACIÓN POR
PARTE DE JUAN MILLÁN
GARCÍA. Corría el año 1944 y el propietario de la fábrica de aceite, Juan Millán García, decide contratarlo para tareas de contabilidad y administración de su almazara. Pasados unos años, en el año 1956, se inician conversaciones por parte de unos agricultores de Villargordo y deciden alquilar la cooperativa de aceite situada en Plaza de José Antonio número 19 (hoy Plaza de la Constitución), 23 valientes y 30.000 pesetas de la época de alquiler por un periodo de un año. Tanto las labores de mediación como redacción del contrato de arrendamiento corrieron a cargo de Manuel, ya por esas fechas se le apodaba Manuel “El Contable”. Al año siguiente, en 1957, compraron la cooperativa a Juan Millán por 750.000 pesetas, haciendo escritura por el notario Hipólito Rodríguez Esteban del Ilustre Colegio de Granada.

Manuel “El contable” pasó a formar parte de la cooperativa tanto como fundador, en representación de su padre fallecido, Hered. de Vicente Navarro Cañas, como trabajador encargado de la administración, contabilidad y pesador. Fue un apoyo importantísimo de los agricultores para la compra de la cooperativa ya que tenían la tranquilidad de la experiencia que le acompañaba a Manuel de casi trece años de trabajo con Juan Millán.

CÓMO SE DESCARGABA LA ACEITUNA Y PESABA POR AQUELLA ÉPOCA. En el tiempo de recolección de aceituna había una persona a la que le decían “Capachero”. Este se ponía una especie de lona que le cubría la parte de atrás de la cabeza y la espalda y cargaba capacho a capacho en su espalda y los vertía en la cinta transportadora. Como los tiempos iban cambiando, también el trabajo, y después se realizaba la descarga de sacos y capachos subido en una especie de mesa alta cerca de la báscula y desde el remolque, le acercaban los sacos o capachos llenos de aceituna y él las vertía en la cinta transportadora. Cuando terminaban de vaciar, se volvía a pesar en una báscula grande parecida a la que hay a la entrada de la nueva cooperativa y Manuel “El Contable” pesaba desde dentro de una habitación continua a la oficina, donde se encontraba la báscula y a través de un ventanal con vista a la zona de descarga pesaba, metía una especie de galletas largas de cartón en una ranura que tenía la báscula, apretaba hacia abajo una maneta dorada y quedaba grabado el peso, primero cargado el remolque y luego en vacío. Al socio se le daba un papel fino que venía con el cartón y este se quedaba en la cooperativa para su posterior registro en el libro donde se anotaban los kilos entregados por cada socio. Viendo los adelantos de pesado de hoy, ni que decir tiene que era una tarea laboriosa, lenta y cansada ya que había días que se terminaba de pesar sobre las 23,00 horas de la noche, y al día siguiente volvía a esperar el tajo.

LOS SÁBADOS, DÍA DE VENTA DE ACEITE. Se pesaba en una báscula de aproximadamente un metro cuadrado de plataforma que aún se conserva. Los socios se apuntaban con antelación y cuando llegaba el sábado correspondiente iban con garrafas y cántaras de chapa color plata para que Pedro y Cristóbal las llenaran de los bidones de la bodega. Posteriormente Manuel las pesaba y anotaba para su posterior descuento en la liquidación.

Manuel “El Contable” fue el encargado de redactar tanto el contrato de arrendamiento, documento donde aparecen los primeros 23 socios, como la primera acta de constitución de la cooperativa, el acta donde se nombra a la primera junta rectora, por lo que fue parte fundamental del funcionamiento y administración de esta como reconocen socios de antaño e hijos de la primera junta rectora de aquella época hasta que, finalmente, en la campaña 1982/83 le llega la jubilación, también deja una actividad que venía ejerciendo durante más de veinte años que fue la de corresponsal del llamado Banco Español de Crédito hoy Banesto.

Unos años después contratan a Felipe Delgado, que es quien permanece en la actualidad en labores de oficina, y a Juan Manuel, como maestro almazara, hijos de los anteriormente nombrados Pedro y Cristóbal, respectivamente, que estuvieron muy vinculados a la cooperativa.

Mi reconocimiento a todas las juntas rectoras, socias, socios, trabajadores y, cómo no, a los ya fallecidos, al primer presidente, José Delgado Fernández, que ejerció un año; al segundo presidente, Antonio Moral García, que ejerció cuatro años; al tercer presidente, Cristóbal Torres Almagro, que ejerció un año, y al cuarto presidente, Luis Pérez Navarro, maestro escuela de profesión y que permaneció durante 21 años aproximadamente. Fue cuando más se modernizó la cooperativa y se creó una sociedad austera, pero a la vanguardia de los años que corrían.

Todos los días visitaba la fábrica, entregó a ella mucho tiempo y trabajo, por lo que debe ser tenido en cuenta, pasado algo más de un año de la jubilación de Manuel, Luis decidió marcharse y se le nombra presidente honorífico.

A Fernando López Almagro, que fue un hombre también muy vinculado y que formó parte de la junta rectora de Luis con cargo de tesorero, fue encargado de controlar y gestionar, entre otras, una cosechadora que se compró para la siega del trigo y cebada. Recuerdo, siendo adolescente, cómo algunas tardes-noches Manuel me mandaba a su domicilio para que firmase algún documento, qué recuerdos. A todos ellos mi más sincera gratitud y reconocimiento a una tarea difícil, sobre todo los años de inicio, pero entre todos los que no están y los que sí, se logró celebrar el 12 de marzo de 2017 en las instalaciones de esta, sito camino Almenara S/N, el sesenta aniversario de su fundación.

Mi reconocimiento personal como socio que soy desde el fallecimiento de mi padre, Manuel “El Contable” de la Sociedad Cooperativa Andaluza San Juan.

“Si no sabemos en todo momento a donde vamos, puede resultar útil saber de dónde venimos. Estoy haciendo lo posible para que te des cuenta de tus raíces históricas. Solamente así serás un ser humano. Solamente así serás más que un mono desnudo. Solamente así evitaras flotar en el vacío”.

Jostein Garder