Septiembre de Pueblo
El tiempo sigue, ni más corto, ni más largo; el mismo, con él llega septiembre y se alejan los “forasteros” de verano. El tiempo dilata otro curso escolar. Atrás quedan las noches largas, los días cortos y un tiempo en el que nos gusta poder imaginarlo todo. Septiembre es eso, un espacio para imaginar, no todo, pero sí nuevas puestas de sol tranquilas, sin ruido, sin mar, en el pueblo jaenero. Septiembre es paseo, recolocar la rutina, alegrar los campos con la presencia tímida del fresco, esperar la lluvia y mirar los cielos, el agua, recolocar la rutina. La rutina rural, esa de tener algo más de libertad, esa que se busca desde los veranos y que se desea en cada uno. En el pueblo no hay grandes centros comerciales, no hay espacios de diversión edulcorada. En el pueblo hay una cerveza cualquier día, un café a pie con un vecino ¿cómo va todo?, ese “Ayy Manuela, que semana más larga”. En secreto el pueblo vuelve a esperar y mientras es vida y campos con el corazón en la mano y la mirada al cielo, al tiempo y sus hechuras...