Septiembre de emociones

    18 sep 2025 / 08:32 H.
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    Se despertó septiembre entre campanas de metálicos sones, con un sueño romero entre sus manos, yo lo vi suspirando con esos peregrinos que añoran la presencia de la dulce Señora, que consuela las cuitas, la Madre toxiriana que entra en los corazones derramando dulzura. Y amparando a sus hijos, se aleja hacia la ermita de la vida con ellos caminando.

    Una mañana leve y luminosa, yo lo vi dejándose envolver cuando el verano tiende su azul en el sereno cielo. Y cantando las aves ponen un dulce y suave tono en el mes donde ya el sol se va acostando más temprano. Lo miré entre las ramas de una palmera altiva y noté el recorrido emocionante de las huellas que pintan el camino, que lleva entre olivares a ese dulce rincón donde la ermita ha plantado su tienda, donde las piedras guardan una morada de sensaciones. Y elevando su altura levemente, una verde arboleda de distintas tonalidades dibuja una sombra de ramas sobre la arena. Allí donde se cantan las plegarias y los versos declaman las tiernas sensaciones, allí donde el consuelo se derrama, allí, donde el consuelo se hace dicha.

    Y avanzando sus días, septiembre va entonando cánticos de emociones, cuando en el jardín sueñan el romero, la salvia, la lavanda... con sus aromáticos suspiros. Donde el ciprés se eleva transportando oraciones, ruegos, promesas, peticiones... cubriendo el amable jardín donde una fuente canta, con un eco transparente de gotas silenciosas, entre las piedras que sostienen su son de agua callada, cristalina y serena. Lo vi mirándose en el agua de la fuente, lo escuché en la campana que guarda la espadaña emocionada. Y sentí su latido en medio de la tarde, cuando el tambor anuncia que se acercan los Santos, que impidieron a la enfermedad, devorar con sus males, aquellos antepasados nuestros. San Cosme y San Damián siempre serenos, acogiendo oraciones de sus devotos hijos, llevándolas al Cielo. También lo pude ver en Jamilena, el ferviente y emocionado pueblo donde la fe se hace poesía, donde Jesús procesiona arropado por su gente. Jamilena se hace voz del amor y la ternura del dulce Nazareno de las almas. Es un compás de versos en las velas, es una sensación que no se pasa. Septiembre de emociones, de sueños, de compases y plegarias.



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