Salvar al neoliberalismo

    01 may 2020 / 16:28 H.
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    Se habla de salvar la economía, pero me temo que la economía que se quiere salvar no es la que pone el bien común por encima de cualquier interés particular. Hay mucha hartura por parte de la gran mayoría de la población contra los intereses económicos y financieros que han promovido las políticas neoliberales en nuestro país, contra su excesiva influencia sobre el Estado y sobre los medios y, por supuesto, contra los economistas a su servicio. Esa mayoría de las clases populares sabe que la mejor garantía para su salud, su calidad de vida y su bienestar viene de lo público y no de lo privado. El orden económico actual ha dejado de tener ninguna credibilidad, la preponderancia de lo privado sobre lo público tiene una gran parte de responsabilidad ante la tragedia que estamos viviendo. El dogma neoliberal, que sigue siendo el dominante en nuestro país y en toda
    Europa, ha impuesto sus políticas públicas, esas que ahora están causando tanto sufrimiento. Y digo impuestas ya que no venían en los programas electorales de los partidos conservadores, liberales o socioliberales que aplicaban el dogma de que
    el crecimiento económico debía basarse en la austeridad del gasto
    público social. Y que lo ponían en práctica a base de recortes que nos han dejado, al igual que en otros países, sin los medios sanitarios o de servicios sociales para protegernos
    frente a esta pandemia.

    Cuando uno mira los datos puede ver claramente como países como el nuestro u otros como Italia y EE UU son un claro ejemplo de naciones donde el daño causado por la
    pandemia está siendo más fuerte y a la vez son países donde el dogma neoliberal se ha aplicado con mayor crudeza. El enorme índice de mortandad es resultado en gran parte del empobrecimiento del sector público, del debilitamiento de sectores como la sanidad y los servicios sociales, entre otros, y de la expansión del sector privado gracias a los recortes de gasto público social. Es muy duro saber que hay fallecidos por falta de respiradores
    o que a nuestros sanitarios no los está matando un virus, sino la falta de protección
    frente a ese virus, la escasez de material protector. Los mandamos a una guerra y los
    mandamos desarmados.

    Y en estos momentos terribles, la oposición en nuestro país está haciendo eso mismo, oposición. Es lo que corresponde a cualquier democracia. Pero hay un punto de cinismo extremo que si me gustaría comentar. Me refiero a ese intento de desgastar al Gobierno de coalición de izquierdas utilizando el enorme sufrimiento de la población. Partidos neoliberales como Vox, Ciudadanos, JxCat o conservadores como el PP acusan al gobierno de incompetente y se presentan como salvadores de la ciudadanía frente al gobierno, olvidando que fueron precisamente ellos con sus políticas de austeridad y debilitamiento de los servicios públicos los que dejaron indefensa a la mayoría de la población. Han sido precisamente estos partidos los que nos han colocado en la situación extrema que vivimos, aquí tenemos las consecuencias de las rebajas de impuestos a las rentas superiores, de los recortes del gasto público en sanidad y en servicios sociales, de la privatización de los servicios públicos.

    Ha sido desalentador observar como ni siquiera en Europa los diferentes sistemas sanitarios han sido capaces de dar una respuesta en común y se han centrado en el distanciamiento social. En nuestro país el gobierno de coalición ha supuesto un soplo de esperanza para muchos ciudadanos y esperan pasos más firmes que redefinan la relación entre lo público y lo privado para poner por encima de todo el bien común y priorizar lo público. Ante esta tragedia tremenda el gobierno ha tomado medidas de gran importancia, pero tienen que ser los ciudadanos y la presión popular la que hagan que esas medidas se extiendan para resolver los problemas creados por la pandemia en los mercados de trabajo, para garantizar los derechos laborales y sociales de las clases populares, para expandir la provisión de servicios públicos como los servicios sociales, servicios de ayuda a las familias o la sanidad entre otros.

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