Dos peticiones a Dios

Rercuerdo que un día le pedí a Dios que quitara del mundo la muerte y el sufrimiento como si el mundo fuera mejor si ellos desaparecieran, claro que los hombres piensan de una manera y Dios de otra “Tú piensas como los hombres no como Dios” dice el evangelio. Ante la muerte que nos espanta y horroriza uno reflexiona que una vida eterna en este mundo sería más una condena que una salvación y que lo importante en todas religiones es que después de la muerte existe la vida, vamos a la idea primigenia con la que Dios creó al hombre y a la mujer en gracia y amistad y sobre el sufrimiento o el sacrificio, es curioso cómo con él el mismo Dios redimió al mundo no naciendo en una cuadra en Belén sino sufriendo el dolor de la pasión y la muerte en cruz. Por eso ya no le pido a Dios que los quite del mundo sino que nunca nos abandone cuando tenemos que enfrentarnos, casi a diario con el sufrimiento y el dolor que conlleva la existencia humana. No me dejes pensar que el sufrimiento es un sinsentido sino una presencia misteriosa y fuerte de Él. Tanto el sufrimiento como la muerte Dios la mira como un crecimiento del ser humano en libertad, maduración y salvación de cada uno ya que de las manos de Dios salimos y a esas manos tiernas y bondadosas volvemos al final de nuestra vida.