Rocío de fe y esperanza

    27 may 2020 / 16:28 H.
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    Sobre el coto de Doñana vuela una paloma blanca, bajo un cielo de azules, morados, rosas, naranjas y amarillos, que sin mezclarse pintan con sus tonalidades un bello atardecer de primavera. El Rocío es así, dulce, sonoro, alegre, es sensible a las almas que se dejan acariciar por un compás de emociones, por una mano que acoge al que camina con la certeza de que Dios no abandona, es consuelo siempre. Este año el Rocío se vivirá en las almas y la dulce Pastora de las Marismas volará hasta los corazones que la esperan anidando su amor entre compases nuevos en las profundas arenas donde ella ha puesto su morada. Este año, rocieros jiennenses, vuestro camino es andar entre las notas vivas de la esperanza y seguir soñando con poder hollar las huellas en el suelo donde un altar se alza con su imagen bendita, porque esta experiencia aciaga no os permite alcanzar el sueño de volver, un año más, a verla, pero no dejaréis de sentirla en lo más profundo de vuestros corazones. Secad vuestras lágrimas porque la Virgen del Rocío vive en vosotros y no os va a dejar huérfanos de besos, ni de caricias de marismas azules, de cielos estrellados con sabor a compases de guitarras, de palmas, de flauta y tamboril, los sonidos del sur, que alegran poniendo en los caminos esas notas mágicas de plegarias a ella que espera impaciente la llegada de sus hijos. Este año coged vuestra medalla y sentiréis el son de la marisma, la brisa de la tarde os llevará a sus benditas plantas, y en un profundo abrazo os fundiréis con ella. Como se funde el río cuando hasta el mar se entrega. Rocío de fe y de esperanza, de sueños de pinares y de arenas. De unión, de fortaleza, de entrega y de servicio, de ayuda, de socorro. De agradecidos momentos en los que una mano ha tendido al enfermo el auxilio que necesita y esa palabra llena de misericordia, de ternura, de compasión. Rocío sin Rocío, pero pleno de sentimientos, de esperanza, de lucha, de alegría en el cantar dulce a esa madre que mira por los hijos que la sueñan. Rocío de fe y de esperanza, de jaeneros toques, de carretas dormidas y despiertos los ojos para saber mirar a las marismas y desde un verde mar de olivos, seguir pensando en ella.

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