Robots sexuales

Cuando los hábitos sexuales están cambiando tanto, quizás no será vergonzoso declarar que cualquiera se encuentra emparejado con un robot sexual más o menos inteligente que satisface todos sus apetitos sexuales de una manera metódica. En caso de que se popularizase esta opción, se alterarían simultáneamente los índices de natalidad y algo más profundo: los vínculos íntimos entre los individuos, pues producirán daños psicológicos y amenazas morales en la sociedad. Algunos robots están programados para protestar o crear un escenario de violación sexual; otros para que parezcan niños y se nieguen a tener sexo con sus dueños si detectan actitudes poco éticas. Como seguro que también el robot tiene su corazoncito, es posible que denuncie a su pareja por trato vejatorio, en cuanto tenga la menor ocasión. Mas si la naturaleza ha creado dos sexos para crecer y multiplicarnos. ¿Por qué desaprovecharlo? Sabemos que una relación de pareja se basa en la intimidad, apego y reciprocidad. A ver si lo que necesitamos los humanos es más comprensión y cariño que otras pulsiones súbitas, que declinarán con la edad, y serán fungibles antes de lo que pensamos...