Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar

No os llamo reyes —no se estila—, fue por magos y sabios que os lanzasteis a seguir la estrella que os llevó a Belén; para mí siempre fuisteis los Reyes generosos que alegraban la noche del 5 de Enero y me empeño en seguir creyendo; por ello con ilusión de niño escribo esta carta, aunque me hacéis poco caso —o no me porto bien o no atino en el pedir—. No sé si merece la pena insistir en cosas concretas: lo del tranvía, cuando Jaén necesita un tren de verdad, ni otros proyectos a medio hacer, ¿para qué un museo vacío o el esqueleto de un parquin? Lo que necesita esta tierra son mejores políticos y en ello, este año electoral, podíais echar una mano, buscar servidores públicos en lugar de vividores del presupuesto. Ogaño tenemos una necesidad esencial: PAZ para Ucrania, que acabe la guerra y sus horrores, que la invasión termine en un acuerdo justo y que las víctimas sean resarcidas y ayudadas; PAZ para España, que debe retomar el camino del consenso y la armonía de un gran país y PAZ para Europa, que todos los pueblos y ciudadanos recuperemos la fraternidad que predicamos. Que la estrella que os guió a Jesús vuelva a lucir hoy en nuestro mundo y haga de todos constructores de la Paz.