Quejas y quejicas

    18 ene 2021 / 14:36 H.
    Ver comentarios

    Bueno, pues ya salvamos la Navidad. ¡Olé por el pueblo y sus tradiciones! Ahora llega el momento de afrontar lo que las personas futurólogas, entre ellas yo y un montón de ciudadanos de a pie, ya advertimos: la tercera ola del virus este que nos trae de cabeza al mundo entero. Pues eso, que ya gastamos, compramos nuestras cosicas, nuestros regalicos, vimos las lucecitas de colores, viajamos para ver a los familiares, nos metimos en casa hasta 10 (y otros tantos que no salieron en la foto) y disfrutamos un montón... Y ahora toca quejarse y maldecir... Somos realmente imbéciles. Así, sin dar rodeos, sin adornar el término. Si el año pasado la palabra más usada fue “confinamiento”, este año debería ser “idiotas”. Abran apuestas.

    En mis redes sociales leo a mis congéneres clamar el cielo por esta nueva tanda de contagios que va en aumento, veo como piden a gritos un confinamiento como el de marzo de 2020, veo cómo se quejan de que los distintos gobiernos no tomen medidas, unos al gobierno central por no dar el paso grande, otros a los autonómicos por hacer restricciones sinsentido y sin criterio y por pedir “deshacer lo que ellos hicieron” al gobierno central... En fin, un follón al que hay que añadir que la vacunación es más lenta que un domingo sin tabaco. Pero aquí estamos, pidiendo soluciones a unos gobiernos que han demostrado que no les importamos, que su sillón en un despacho con ventanas cerradas mola más que salvar al pueblo de la pandemia.

    Pero seamos realistas de una vez y tratemos esto con sinceridad y desde la individualidad. Tú, que hoy pides soluciones porque tu vecino está ingresado, porque tu hija acude a clase envuelta en mil capas y que pasa frío de narices, porque pides teletrabajar cuando el año pasado te acordabas de los bisabuelos del teletrabajo... Tú, ciudadano de a pie, sin carguillo y con hipoteca, alquiler o deudas... ¿de verdad te has autoconfinado? Porque yo sí, y tengo que decir que lo he hecho porque me rompí el pie y sigo en reposo y rehabilitación, porque no sé realmente lo que habría hecho si hubiera podido caminar y desenvolverme sin dolores. Seguramente no habría ido a ver la estupidez de las luces, pero sí que habría salido de casa sin motivo alguno. Pues ahí está la clave. Si los de arriba no nos escuchan, si solo se dedican a hacer política de basurero, si solo se culpan unos a otros, si nos toman por idiotas... Pues tomemos nosotros las medidas, que para eso tenemos dos dedos de frente. Abandonemos esa idea ya de ir a comprar en rebaño o en manada a los centros comerciales y bajemos al comercio de barrio, que sí, que vende productos más caros, pero quizás si compramos lo que necesitamos no tiramos nada. Que necesito unas bragas, pues me las compro en la mercería, y no bajo a San Amancio. Que voy a encargarme de salir lo imprescindible para cuidarme a mí y a mi familia. ¿De verdad tenemos que esperar a que una partida de ineptos calientasillones nos diga lo que tenemos que hacer? Joder, que nos quejamos por quejarnos. Que cuando no nos gusta el toque de queda, nos lo saltamos; pues si pedimos confinamiento y no nos confinan... pues nos autoconfinamos, coño; que somos el país de la picaresca para lo que nos conviente.

    Pero lo cierto es que a los españoles no nos encierran ni con agua hirviendo ni a golpe de cubitos de hielo en la nuca, por ejemplo pongamos que hablo de Madrid, que diría el gran Sabina. Filomena y coronavirus, ahí junticos, y un enorme puñado de imbéciles a tirarse bolas de nieve o a bailar en plan tiktok por las conocidas plazas madrileñas... Desde luego, estamos vivos porque la selección natural nos está dando demasiadas oportunidades. Y, por cierto, ya que nos han dejado claro que la nieve no es plástico, y ya que nuestros muertos nos están dejando clarinete que el virus este mata... que digo yo que ya podíamos pedir también que le den un poquito de brío a esto de la vacunación, que no veas el ritmito de mierda que llevan... que hay que invertir en sanidad pública y dejarse de propuestas de quién vacuna al pueblo ignorante que solo llevan a debates interminables...

    Articulistas