Quejarse de vicio

Desde el 26 lucen las luminarias navideñas en mi pueblo. Y los comercios y demás precisamente cerrados cuando esas se encendieron. Dicen que es para estimular el comercio para estas fechas. Yo miro y no entiendo. Desde hace ya años la actividad económica y en especial la comercial, en Úbeda, ha venido decayendo lenta pero constantemente. No había más que observar la cantidad de locales que iban cerrando por unas causas u otras. Aparentemente ha existido una conjunción de circunstancias, eso de la tormenta perfecta, que han colaborado en el proceso, creo que nos son conocidas, a las que ahora se unió el desastre que este 2020 nos ha traído, que se extenderá también en el venidero año (y esperemos quede ahí). Esto no lo remedia ni este “viernes negro” inventado. La queja ha sido siempre nuestra cantinela, lo decíamos de los agricultores, “se quejan de vicio”, y de otros, siempre quejosos aunque se llenasen los bolsillos. Ahora que sí que ha venido el lobo las quejas se transforman en realidades duras de solucionar, y se tira por la calle de en medio, cierres forzados o voluntarios.