Próxima parada

    26 may 2025 / 08:37 H.
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    La universidad es, para muchos jóvenes, una camino hacia la adultez, no exento de errores y alegrías. Durante años se preparan las pruebas de acceso y, al cumplir la mayoría de edad, las caras conocidas se cambian por la incertidumbre de lo desconocido. ¿No es demasiado pronto para tomar una decisión de ese calibre? Las personas nos solemos validar a través de lo que hacemos o de lo que tenemos. Ello implica que lo primero que sabemos de una persona, antes de qué le gusta hacer o cuáles son sus valores, es en qué trabaja. Cuando cursamos una determinada una carrera le estamos diciendo a los demás y a nosotros mismos a dónde queremos llegar, a qué le queremos dedicar nuestra vida; sin embargo, si antes de ingresar pudiésemos tener una idea general del mercado laboral, quizá las decisiones que tomásemos serían otras. Posiblemente el cinismo invada al estudiante cuando descubre que rara vez la universidad es lo que pensaba, y puede que ese sentimiento no haga más que replicarse. Las personas somos más que las decisiones que se toman en base a sueños, por lo que la universidad siempre debería ser una parada en el camino, no un destino.

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