Provincia indefensa

Nuevamente los Presupuestos Generales del Estado nos han colocado en situación y no es otra que estamos solos, además de advertidos que si seguimos reclamantes nos rebajan aún más las asignaciones económicas —por cierto siete veces menos que a Teruel este año—. Claro que los silencios políticos ante ello tienen su contraprestación para los profesionales del tema. Desgraciadamente seguimos huérfanos tras más de cuarenta años de democracia, ya no es que no nos quieran en Madrid o en Sevilla, es que a quien debe hacerlo por haber sido votado aquí no le dolemos nada. Nos deberíamos preguntar, por tanto, qué está sucediendo con nosotros, por qué merecemos tan poco. Caminamos solos desde hace tiempo rodeados de una pobreza que asalta en cada esquina de nuestros pueblos y ciudades, lo que resulta ya insoportable dado que no se vislumbra solución ni tratamiento, solo una provincia enferma terminal en paliativos que recibe nada más que mensajes condescendientes de los prebostes y representantes partidarios. Qué triste nuestro futuro y qué poco importa a nadie, diría que ni a nosotros mismos. Va a ser difícil que con tanto miedo y prejuicios consigamos vencer a Goliat.