Por ustedes

Después de un año horrible, aunque podríamos decir que llevamos casi dos décadas así, llega la Navidad. Con mi amigo Julio decidimos no entrar a valorar la nefasta política nacional, ni el espantoso panorama internacional, ni la dana, ni la corrupción... Por el contrario, hacer una colaboración en positivo, dedicando a nuestros lectores lo mejor para estas fiestas y deseando que por unos minutos podamos creer que el año que entra pueda ser un poco mejor que este. Y aunque la Navidad se ha convertido en un lugar común, lleno de consumismo y muy alejado del sentido originario, para algunos, es mi caso, es tiempo de reuniones familiares, tiempo para recordar a los que no están y volver al atracón que nos propone mi madre, las discusiones políticas con mi hermano y que mi padre, que esté donde esté, nos desea lo mejor. En mi caso aprovecho, además, para ver algunos amigos con los que no tengo muchas oportunidades de darles un abrazo, y de alguna manera, también, disfruto a través de los peques de la casa. En definitiva, por un momento creo que la vida no es política, ni economía. Por un minuto pongo en práctica una de mis mayores creencias: que la vida merece ser celebrada por y con todos y todas. Por la solidaridad, la paz, pero también con el recuerdo del dolor de nuestros hermanos que todo lo han perdido, levanto mi copa y mi esperanza. Por ustedes.