Por mi chacha Carlota

06 dic 2019 / 12:05 H.
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Hoy toca a los españoles celebrar el Día de la Constitución, algo serio que marcó un hito en la historia de nuestro país, pero a veces hay quienes tienen la impresión de que celebrar el Día de la Constitución para algunos ciudadanos es como celebrar el Día del Trabajo para los que están en las interminables listas del paro. Se tiene la impresión, en ocasiones, de que la Constitución no está hecha para todos los ciudadanos por igual. Ojalá se quede solo en una impresión, porque ya tenemos constituido el nuevo Congreso. Los nuevos diputados juraron sus cargos, si es que se puede llamar juramento a lo que prometieron muchos de ellos. Ya nadie puede imaginarse que un cargo vaya a jurar por Dios y por la patria, son términos obsoletos. Algunos ni tan siquiera juran por su honor porque parece que tal vez no estén seguros de que lo tienen. Ahora hay que demostrar que somos diferentes que, si a lo mejor no tenemos ideas para gobernar con garantías este país, sí las tenemos a la hora de jurar un cargo tan importante como el de diputado. Y hay que ver los juramentos esgrimidos por muchos de ellos. Para mí es como si yo hubiera jurado por mi chacha Carlota, la venerable viejecita tan recordada en mis “brisas”. No existe ninguna norma concreta para jurar, lo que tampoco importa mucho a juzgar por el caso que algunos le hacen después al juramento. Así que todo está bien y lo que se impone ahora es comenzar a trabajar por España, por toda España, algo que ya se empieza a dudar atendiendo al tipo de juramentos que se escucharon en el Congreso. Eso sí, hay que confiar, no queda otra opción, en que se va a respetar la Constitución. Es lo que queremos de verdad. Porque está claro que lo que no tenemos todavía es Gobierno por más que Pedro Sánchez esté dispuesto a terminar la faena de cualquier manera que le favorezca. Quiere culminar su proyecto de gobernar y se teme que pague los materiales que le faltan al precio que sea y ese precio podría ser muy gravoso para la estabilidad nacional. Una aún dudosa situación que no ayuda a elevar el ánimo para celebrar este Día de la Constitución. Puede que llegue el día en que esta celebración llene de orgullo a todos los españoles, sería una buena noticia. De momento esta conmemoración resta mucho de aquella ilusión y aquella esperanza que supuso la primera celebración cuando Adolfo Suárez era presidente. Otro sueño roto.

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