Pistolilla

26 mar 2018 / 09:28 H.

N o son muchos los aficionados que recuerdan y muchos menos los que vieron jugar a aquel interior menudo, de enorme bigote, que tenía un disparo tan potente que le valió ser conocido como “Pistolilla”. En las alineaciones figuraba como Fuentes, y estuvo en las filas del club jiennense en la temporada 1947-48, justamente en la que la Olímpica Jiennense perdió su nombre para escribir ya su historia como Real Jaén. Manolo Fuentes coincidió en la plantilla blanca con jugadores muy recordados como Cantero, Calahorro, Carrillo y los Pastilla, y con otros quizás de menor recuerdo pero que fueron muy importantes, como el meta La Rosa, Patricio, Utrilla, Rincón y los delanteros Unamuno y Megino, que esa temporada fue traspasado al Granada, equipo al que también iría el vasco Unamuno, regresando de nuevo al Real Jaén, con la curiosidad de que se marchó como delantero centro y, tras su vuelta, se ganó un puesto en el equipo blanco de defensa central.

De esos pocos que supongo que quedan que vieron jugar y recuerden a estos jugadores, uno de ellos soy yo. Y a algunos de ellos los conocí bastante bien, como a Pedrín Cantero, que vivía en la calle Tablerón, muy cerca de mi casa, o Gonzalo Calahorro, que trabajó en el viejo Diario JAEN. He hecho hincapié en Manolo Fuentes porque 20 años después tuve oportunidad de conocerle personalmente y establecer una buena amistad con él a través de un buen amigo común como era Antoñete. Manolo Fuentes volvió a nuestra ciudad bastante derrotado. Sin trabajo y sin haber ahorrado un duro del fútbol, a pesar de que llegó a fichar por el Barcelona. Ningún equipo de los que estuvo –ni todos juntos- pudieron hacer realidad su sueño, que consistía en tener una peluquería en propiedad, porque su profesión, al margen del fútbol, era la de peluquero de caballeros.

Fuentes estuvo un par de años en nuestra ciudad viviendo como podía. Enfermó y fue internado en el Sanatorio El Neveral. Allí subimos un día a visitarlo Juan Bautista Castellano, entonces presidente del Real Jaén; Alonso Fernández Valenzuela, Juan José Molina, decano de los periodistas deportivos en Jaén; el fotógrafo Higinio Montes y yo. Recuerdo que Juan Bautista le entregó a Manolo un sobre con una cantidad de dinero como obsequio. Un detalle que emocionó a Manolo y a todos los presentes. Fue la última vez que le vi. Manolo moría poco después.