Pésima impresión

    28 abr 2022 / 16:29 H.
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    Es vergonzoso estar en el siglo XXI y en ciudades patrimonio de la humanidad como Sevilla y otras, y que sean esclavas de la moda actual de tener mascotas (mayoritariamente perruna; y no cuidarla y educarla debidamente), mejor que un ser humano. Ya tenemos el triple de mascotas que de infantes en nuestro suelo patrio. Vayas por donde vayas has de ir vigilante, ya que puedes pisar una caca de algún perro que su amo no ha sido capaz de limpiar e, incluso, de mierdas humanas que se delatan por su volumen, color y olor; ¡ah!, y meadas por doquier. ¡Una auténtica guarrería, vamos! Si llevas un carrito de bebé o de la compra (y no andas listo) te llevarás a casa los excrementos y su fétido olor y hasta podrás denigrar pasar por ciertas calles Y no mirar fachadas o cocheras del centro histórico en donde los grafiti y gamberros de turno las han convertido (muchas de ellas del extenso centro histórico de Sevilla) en auténticos estercoleros que nos hacen coger la fama que tenemos los españoles, puesto que presentamos unas urbes sucias e inhóspitas por más limpiadores que tengan. Definitivamente, nuestra carta de presentación como país turístico deja mucho que desear; en definitiva, es pésima...

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