Perderemos todos

    09 jun 2021 / 10:25 H.
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    Estamos a escasas fechas de las primarias del PSOE, un evento que, querámoslo o no, será importante para Andalucía. Que el socialismo andaluz necesita una renovación es clamor. Ahora bien, qué difícil se lo han puesto al socialista de carné responsable, ese que no espera verse favorecido con la elección de uno u otro candidato. Porque entre lo que se le ofrece no se ve al líder fuerte capaz de reivindicar el peso que tiene el socialismo andaluz en el conjunto de España, ahora que el PSOE ha dejado de ser unánime. No se ve un García-Page, un Fernández, un Lambán, capaces de expresar lo que piensan al margen de las tesis de Sánchez, capaz de minar la credibilidad de las instituciones españolas para mantener el poder. Ante el último desmán de este, los indultos a los independentistas catalanes, que no solo no se arrepienten sino que amenazan con volver a las andadas, Espadas calla prudente. Se deja querer. ¿Piensa igual que él? ¿Cree que hasta eso hay que conceder para seguir gobernando? No dice nada. Asume su rol de candidato oficial del partido. Sabe que se juega que lo saquen de la foto como han hecho con la otra principal candidata. Susana Díaz, ahora sí grita, despotrica de Ferraz, arguye incluso que la han defenestrado por mujer (no es por ser mujer, mujer; es por todo lo demás, que no lo vamos a sacar ahora a la palestra); dice que el socialismo andaluz se juega ser una sucursal, la más grande pero sucursal, de la política impuesta por el comité federal de Sánchez. Y lleva toda la razón del mundo. Lástima que sea ahora, después de que le hayan pedido que se marche y no cuando dijo sumisa “yo me equivoqué y Sánchez acertó”, para seguir aferrada a la posibilidad de tener la bendición de papá Sánchez. Error de cálculo que ahora le resta fundamento, porque ya no sabemos cuando estaba equivocada si cuando veía claramente hacia dónde nos conducía el no es no de Sánchez, si cuando dijo eso obligada por las circunstancias, o ahora que imitando a su verdugo se opone a la actual ejecutiva socialista, cada día más cercana a las tesis de los socialistas catalanes, y estas cada vez más influenciadas por ERC y su tendencia separatista. Es difícil la elección. No se ve el cambio. Perderá Andalucía.

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