Pensiones de miseria

    23 ago 2025 / 09:19 H.
    Ver comentarios

    Los ultraliberales, libertarios o anarcocapitalistas de medio mundo, como ellos mismos se autodenominan, deben pensar que al común de los mortales nos gusta que nos engañen. Es algo que me maravilla, lo mismo que la tranquilidad con la que insultan o actúan mostrando una ausencia total de respeto hacia los que no les dan la razón. Solo hay que recordar el encuentro que celebraron en junio en Madrid donde una de las estrellas invitadas fue el presidente argentino Milei. Allí se gritó con fuerza y se insultó a voces, también lo hicieron al hablar de cualquier tema económico dando muestras de su preferencia por el sentimiento y el fanatismo antes que por la reflexión o la razón. Desde luego, si hubiera que reconocer algún mérito a la extrema derecha, sería el de su capacidad para engañar a la gente, y para muestra un botón: a Donald Trump lo han votado millones de personas que ahora están perseguidas, han sido deportadas o van a serlo, o simplemente van a perder la poca atención sanitaria a la que tenían derecho. En nuestro país miles y miles de personas con condiciones de trabajo y salarios miserables han votado y votarán a la ultraderecha a pesar de sus propuestas de reducir salarios y de acabar con las pensiones si llegaran a gobernar. Así aparece en su programa económico, frente al sistema actual de pensiones públicas proponen uno basado en la capitalización, es decir, que cada cual ahorre, que se invierta ese dinero en mercados financieros y que supuestamente se recupere como pensión al final de la vida activa lo ahorrado. Proponen acabar con el sistema de reparto actual en el que con parte de los sueldos de las personas empleadas se financian las pensiones.

    Por supuesto no les cuentan a sus votantes que en ciertas situaciones podrían perder sus pensiones o serían ínfimas al perderse toda seguridad por los riesgos cada vez más frecuentes que suponen situaciones como son las crisis económicas, la inflación o la mala gestión. Tampoco dan ni un solo dato sobre nuestro país, en el cual la mitad de las familias no llegan a fin de mes, ni explican cómo van a ahorrar esas familias lo suficiente. Si la mayoría de la población no tiene renta disponible para ahorrar las cantidades necesarias, el sistema está condenado al fracaso antes de implantarlo. El resultado sería quedarnos sin pensión la mayoría o recibir una mucha más reducida que la del sistema de reparto.

    No se puede engañar a la gente y decir que la sostenibilidad del sistema depende solo del equilibrio entre el gasto y el ingreso por cotizaciones sociales. También depende nuestro actual sistema de decisiones políticas en un sentido u otro y de que se quiera financiar con impuestos adicionales o no se quiera. No se puede mentir diciendo que la sostenibilidad del sistema está en peligro porque hay cada vez más pensionistas que cotizantes. A la gente hay que explicarle que los grandes capitales y patrimonios desprecian los más elementales principios de equidad o solidaridad y se niegan a sufragar gastos generales en función de su capacidad de pago. También hay que hablar de la insostenibilidad del sistema por el tremendo crecimiento de las finanzas frente a la economía real de bienes y servicios y la consecuente caída de la productividad, la precarización del empleo y el aumento de la desigualdad, todo eso empequeñece la masa salarial.

    La realidad es que la ultraderecha defiende los intereses de la banca y del sistema financiero y defienden con engaños la privatización de las pensiones y los métodos de capitalización para aumentar el beneficio financiero y les importa poco que cobremos una miseria de pensiones o que dejemos de cobrarlas.

    A sus votantes les voy a dar un dato: la primera vez que se puso en marcha ese sistema de pensiones fue con Pinochet y el sistema, que al parecer era tan bueno, no se aplicó ni a los militares ni a los policías, los cuales todavía tienen garantizadas sus pensiones por el sistema de reparto. Eso sí, a la población trabajadora se le impuso el sistema de capitalización con las miserables consecuencias que todo el mundo conoce.

    Articulistas
    set (0 = 0)