Penélope, miedo y soledad

    07 abr 2019 / 11:09 H.

    Víctima de décadas de maltrato físico, más aún sicológico, han llevado a Penélope a un estado desde donde recomponer cualquier lazo de confianza con el mundo es casi imposible. De esta víctima no se hablará en la prensa, ni en los informativos de la tele; no será siquiera un número en las estadísticas. Es damnificada oculta de un sistema patriarcal que ha jugado con miles de mujeres de forma miserable. Está bien tener un teléfono dónde denunciar el maltrato, una legislación que, aún raquítica, algo ayuda, pero las más de las veces olvida a la persona. Mujer con nombre y rostro, sombra silenciosa que pasa desapercibida para una sociedad apresurada que apenas observa a su alrededor. No es fácil siquiera ayudar, todo atisbo de acercamiento, apoyo e incluso de ternura será mal interpretado por alguien que tuvo que crearse un caparazón de acero para que en su día a día el maltrato no fuese a más. Lo peor, llega a ser tan baja su autoestima que huye de darse nueva oportunidad, la que nunca debió desechar, ser ella y no la que otros quieran que sea. Ojalá no pierda la esperanza.