Paso a paso

Abril es especial para mí, celebramos aniversario de la Fundación “Somos Instantes” que, más allá de una fecha concreta, es un cúmulo de pequeños pasos sostenidos. “Las grandes cosas no se hacen por impulso, sino a base de pequeñas cosas reunidas”, esta frase de Van Gogh encierra una verdad que, en tiempos de inmediatez y resultados instantáneos, se nos escapa con facilidad. ¿Cuántas veces hemos abandonado un proyecto porque no vimos resultados al cabo de una semana? ¿Cuántas veces nos ha vencido la impaciencia? Y sin embargo, la vida —como el arte, el éxito o la transformación personal— se construye ladrillo a ladrillo, paso a paso. Recuerdo cuando decidí empezar a correr. No lo hice por competir, sino por cuidar mi salud física y mental. Las primeras semanas fueron ridículas: apenas llegaba a los diez minutos sin detenerme. Hubiese sido fácil desistir. Pero entendí algo fundamental: el cambio no ocurre de repente. Es el resultado de una decisión sostenida en el tiempo. Hoy corro casi a diario, y esta misma semana me enfrento a un importante reto: un exigente triatlón en beneficio de Somos Instantes. No ha sido cosa de una habilidad especial, sencillamente fui constante. La constancia es, en esencia, un compromiso silencioso con uno mismo. No se trata de grandes gestos ni de hazañas. Se trata de levantarse cada día y hacer lo que hay que hacer, incluso cuando nadie aplaude. Y esa disciplina se entrena. Empieza por cosas sencillas, pequeños hábitos que serán la semilla de una mentalidad poderosa. En el mundo empresarial, lo he visto con claridad. Los proyectos que prosperan no son necesariamente los más ambiciosos al inicio, sino aquellos que saben adaptarse, persistir y crecer con paciencia. El progreso real nunca es una explosión. Es una acumulación de pequeños aciertos, aprendizajes discretos, decisiones que, juntas, trazan una trayectoria imparable. Hoy tenemos la oportunidad de empezar. Da igual cuántas veces hayas interrumpido el proceso. La vida te ofrece el botón de reinicio. Lo importante no es correr, sino no detenerse del todo. Pequeños cambios y resultados extraordinarios. Empieza hoy, no con una promesa grandilocuente, sino con una acción humilde y concreta. Confía en el proceso. Cree en tu capacidad de sostener pequeños esfuerzos diarios. Porque los grandes cambios no se ven venir, se construyen en silencio, y cuando llegan, parecen milagros. Pero sabrás la verdad: que fueron el fruto de tu constancia. Paso a paso.