Para Emilio de la Cruz

    18 dic 2015 / 09:16 H.

    Querido maestro, querido amigo: Hace tiempo que busco el formato o el canal adecuados para hablar contigo y se me ocurre que Diario JAÉN me brinda la oportunidad de hacerlo. El motivo quizás sea nimio: decirte que te echo de menos. Te echamos de menos como maestro, como guía, como referente, pero, sobre todo, como amigo. Escribo “motu proprio”, pero me consta que a tus, muchos, amigos y discípulos nos duele tu ausencia de ahora. Quiero pensar que es para tu tranquilidad. Pero me pregunto en qué te perjudica hablar con gentes que te agasajan, que te hacen reír, como tú nos has hecho reír con tu ingenio culto y tus historias cercanas. No es posible que tanto amor perjudique seriamente tu salud. Te queremos demasiado, Emilio. Tengo también por seguro que la distancia actual no se debe a motivos espurios ni crematísticos. La familia es lo más importante y el sentido de pertenencia es tan fuerte, que, incluso sin vínculo, rebasa cualquier otro sentimiento. Mientras tanto, aquí estamos desposeídos de tu voz, de tu presencia, de tu erudición. ¿Hasta cuándo? Emilio. Esperamos tu llamada, tu convocatoria para lo que se te antoje. Allí estaremos todos.