Pan de quien menos tiene

Adscrito a la universidad de Granada, en 1971 se creó en Jaén el Colegio Universitario. Por sus aulas y dependencias acudían estudiantes de toda la provincia jiennense para asistir a clase de primeros ciclos de carrera, Magisterio y también a las escuelas industriales de Jaén y Linares. Superada esta primera etapa, el alumnado debía trasladarse a la ciudad vecina para completar su formación universitaria. Mandar al chiquillo a estudiar a Granada, que así se decía entonces, era un lujo que no todos se podían permitir y no fueron pocas las familias que se endeudaban, y otras que trabajaron de sol a sol para costearle al niño la carrera. Aquella situación se repetía en las provincias históricamente más desfavorecidas de España, pero poco a poco fueron creándose universidades hasta que en el verano de 1993 se abrieron las puertas de la Universidad de Jaén. Por fin los estudiantes de esta provincia tenían garantizada la igualdad de oportunidades en el acceso a los estudios superiores, como así lo refiere la Constitución en su artículo 27, instando a los poderes públicos a su fiel cumplimiento. Hágaselo ver, señor Moreno Bonilla, no privatice con nuestro dinero la universidad pública.