Palabras dulces
Llegué a ti una mañana fría del mes de marzo, antes que se despertara la primavera, con el cielo grisáceo que parecía volcarse en los balcones de tus calladas rejas. Desde lejos te vi, en la falda del cerro que te guarda. Tus calles elevadas me sorprendieron y me pareció que eras difícil de transitar, mas la pendiente me invitaba a explorarte, sin sospechar lo que en tus rincones y profundos latidos escondías. Mis pasos recorrieron el alto pavimento, que bajaba como un suspiro claro que entonaba el viento casi enfurecido. Y aunque me costaba subir, mereció la pena tanto esfuerzo, porque después de alcanzar tu primera altura el arte se asomó a mis pupilas que quedaron absortas ante tanta belleza. Un espacio de formas de abigarrada ornamentación donde los colores, las texturas y los materiales en un equilibrio estético, conmovían mi alma. La belleza jugaba en el movimiento de sus líneas curvas y rectas, aportando sensaciones amables y dejando descubrir sus mensajes. Observé el diálogo entre el mármol y la piedra de la bella portada. El juego entre las luces y las sombras de tan atractivo encanto, me condujeron al interior donde hallé aun más la belleza de tus formas.
Tus palabras me hablan en la decoración de tus paredes, techos, esos pequeños espejos que te llenan de luz y el dorado que te viste atrajeron mis sentidos y me animaban a seguir buscando tus tesoros. Y seguí recorriéndote en tus hermosos espacios, en las otras alturas y fuiste hablándome al oído a través de la vista, desnudando tu corazón, mostrándome quién eres con la voz de la piedra, la madera, la escayola o el mármol.
Pasaron los días y fuiste contándome a lo largo de tu excelso patrimonio, la historia que te vela. Y cada día hallaba en ti algo nuevo, escuchaba absorta tus mensajes, esas dulces palabras escritas en tu mirada clara. De repente, un día nacieron en tu aire un compás de aromáticos sonidos, a vainilla y canela, a almendra, ajonjolí, a chocolate... Ahora me hablas con la dulce textura de tus aromas y tus ricos sabores que suenan tiernos cuando son degustados, esos que calan hondo en el mágico mundo de los sentidos. Desvelando tus palabras dulces de azucarados sueños...