Nos queda París

Estoy disfrutando con la lectura de un libro de Josefina Carabias sobre su visión de la sociedad y la política en los años de Azaña, Largo Caballero, Prieto, Negrín y la República. Con la riqueza de su vida literaria (Valle Inclán, Marañón, Ortega, Unamuno, el mismo Azaña...); los políticos ilustrados, la sociedad (como siempre) dividida. Se titula “Cuando lo llamábamos don Manuel”. No puedo entender que alguien se aburra aunque sea en las circunstancias actuales (digo en las que estamos anclados desde hace dos años): con un pié en 2022 y con la amenaza de nuevo de ese bicho extraño que ha hecho estragos en nuestras vidas, en nuestros hábitos. La mítica frase “ Siempre nos quedará París”, que hemos repetido tantas veces cuando nos fallaba algo en una vida de normalidad, nos debería servir ahora para esperanzarnos ¿ Qué hacer en esta situación de perpetuo confinamiento, aparte de intentar no discutir con la familia?: pues leer, escribir, cantar, charlar, oír música o caminar... ¡Hay tantas cosas que hacer!... Los momentos duros suelen ser los más creativos. Se pueden hacer multitud de cosas placenteras y satisfactorias que nos hagan olvidar lo más terrible. Con la esperanza de vernos pronto en París, os deseo que el año que acabamos de comenzar sea el mejor para todos.