Nos espera Rafael Zabaleta

    18 mar 2020 / 16:27 H.
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    El próximo 24 de junio se cumplirán 60 años de la muerte de Rafael Zabaleta. Su desaparición marcó el final de una etapa de la neofiguración pictórica, de la modernidad artística y vanguardista. Su obra, residenciada desde hace más de una década, en un digno museo, adecuado para la exposición de su universal, así como de otros artistas que le homenajean y de archivos del poeta Miguel Hernández, reclama la visita, el conocimiento y el disfrute de la ciudadanía. Estos tiempos de reinado del coronavirus no son buenos para la lírica ni para la visita de museos, pero se trata de un periodo puntual que pasará pronto y el futuro nos demandará con más fuerza la recuperación de la sensibilidad artística. Zabaleta sintetiza un periodo histórico que él supo interpretar artísticamente con una plasticidad extraordinariamente singular y valiosa. Estuvo abierto a los problemas y perspectivas culturales ofrecidos por la Generación del 98: la elaboración pictórica a partir de los elementos religiosos, sociológicos, etnográficos tomados de la vida popular; el protagonismo de elementos rurales, como referentes alternativos a la insuficiencia de la vida urbana; el misterio del paisaje ibérico como conciencia de un devenir demandante de cambios; la regeneración de la sociedad, de sus instituciones, de sus individuos, a partir de la conciencia artística y de la creación cultural. Pero también estuvo abierto a la nueva lexicografía de las vanguardias artística: desde el surrealismo a la abstracción geométrica; desde el fauvismo cromático al cubismo; desde el arte nouveau al futurismo... Su estudio y conocimiento de las obras Cézanne, Matisse o Picasso, no le hipotecó la creación de una peculiar iconografía exclusivamente zabaletiana. Su fidelidad a Quesada sin renunciar a ciudades como Madrid, París o Barcelona; su mirada sobre campesinado sideral y fiestas locales; paisajes naturales y urbanos; bodegones y cacería; ternura de niños y soledad de ancianos; interiores domésticos y exteriores con alto horizonte... Un mundo de color y esperanza en la narración pictórica de tristes vidas y realidades sociales. Compromiso de Zabaleta, pintor universal, hombre de bien.

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