No me convencen

Justo cuando comienzo a escribir este artículo Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acaban de anunciar un preacuerdo para gobernar juntos durante los próximos cuatro años. No hace falta ser experto en política para darse cuenta de que la mayoría de los políticos se han reído del resto de los ciudadanos durante estos últimos meses. Situación bloqueada durante tanto tiempo y ahora, en menos de dos días, se desbloquea como por arte de magia. ¿A qué juegan señores? No es que prefiera que España siga ingobernable, para nada es ese mi deseo, es que los políticos que han provocado ambas situaciones no me merecen ninguna credibilidad. ¿Qué ha cambiado para que el anterior diálogo de besugos ahora parezca un idilio con abrazo público incluido? Lo siento, no me convencen. Entré en una mesa electoral el pasado domingo y pude ver a dos interventoras, una del PP y otra del PSOE, sonriendo y charlando tan amigablemente de sus cosas; esto es lo que a mí me convence, lo que hacemos la mayoría de los ciudadanos día a día para convivir en paz, cada uno con sus ideas políticas. Para nada me gustan los extremismos, en ningún ámbito de la vida, y lo que he visto durante estos últimos meses se aleja mucho de los valores que les quiero inculcar a mis hijos. No predican con el ejemplo y se aprovechan con discursos deslumbrantes de la vulnerabilidad de gente sencilla sin tantos recursos intelectuales. Ahora sí, ahora no, lo siento pero no, así no se juega.

Todavía nos falta mucho camino que recorrer en la educación de este país para que se dediquen a la política, políticos como los de antes, con otra presencia y con otro sentido de Estado. En el punto medio está la virtud, aquí nos dedicamos a lanzar el péndulo a los extremos de izquierda y derecha, sin pensar que ni todo es blanco ni todo es negro. He visto a políticos, los menos, predicar con el ejemplo, aplicar el sentido común y abrir puertas sin preguntar la ideología. Mucho tendrá que mejorar el trabajo de los políticos para que se ganen la confianza de la gente joven, que está creciendo en medio de divisiones, resentimientos, odios y violencia.