Ni pico, ni pala

    02 may 2022 / 16:00 H.
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    Afortunado es aquel que trabaja y quiere trabajar, porque eso es sinónimo de salud. Y la fortuna es mucho más que poseer cosas, es querer, es disfrutar y sentirte afortunado por lo que tienes y lo que haces. El trabajar o querer trabajar está cambiando el rumbo y el sentido del deber, de la responsabilidad, y el de la contribución al progreso. Un buen trabajo no es no hacer nada, es hacer posible que funcione aquello a lo que le estés dedicando tu tiempo, y esa debería ser la mejor recompensa, es importante creerlo y quererlo para que así sea; con independencia de la ocupación, tanta importancia tiene esa pequeña pieza que hay que incorporar como el hecho de que la pieza esté presente para que se haga. Nunca hay que desvalorizar ni restarle importancia a la ocupación. Lo único cierto de la realidad laboral en la que estamos, es que cualquier desempeño bastaba para hacer frente a las necesidades vitales de cualquier persona y hoy esas necesidades difícilmente pueden ser cubiertas por un trabajo. Hay fórmulas mucho más sencillas que permiten conseguirlo sin ningún esfuerzo, y esto lleva consigo un grave desequilibrio social. Esa debería ser la máxima preocupación en esta festividad, encontrar la fórmula que consiga recuperar el sentido del trabajo.

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